El dueño del club asistirá este viernes al último partido de Liga en La Rosaleda ante el Levante.
El jeque Abdullah bin Nasser Al-Thani, propietario y presidente del Málaga CF, ha aterrizado esta mañana en el aeropuerto de Málaga. 558 días después –su última visita data de noviembre de 2012– el dueño del club vuelve a la ciudad para presenciar el último partido de su equipo este viernes ante el Levante, en la que será su tercera presencia en la butaca presidencial del estadio de La Rosaleda.
¿Qué se espera del jeque? Las visitas del jeque a tierras malagueñas suelen estar acompañadas de mucha pomposidad y relevancia mediática, pero con poca eficacia. En su última visita, hace año y medio, las reuniones con el dirigente –escasas– no evitaron el mal camino que llevaba el conjunto blanquiazul con su economía. De hecho, el Málaga estaba en plena decadencia económica y el jeque no quiso o no pudo atender los ruegos de directivos e incluso de Manuel Pellegrini, que llegó a charlar con Al-Thani para que pagara los 10 millones de euros que se adeudaba a la plantilla desde el verano anterior. Tampoco se reunió con el alcalde Francisco de la Torre, por lo que tampoco se trataron temas administrativos. E incluso no se le vio por los despachos de la entidad. Fue más una visita lúdica que ejecutiva.
En esta ocasión, sin embargo, sí se espera que el jeque Al-Thani aterrice con bríos renovados y con la intención de escuchar toda la evolución del club. El nuevo proyecto menos económico pero también más estable puede ser un jugoso caramelo para el dirigente. La Ciudad Deportiva, la buena marcha de la cantera blanquiazul, la opción de comprar el estadio de La Rosaleda, algunas decisiones en la parcela deportiva como la continuidad del míster... De tomar parte, Al-Thani no deja de ser el presidente del club y por tanto, el máximo responsable de la entidad, por lo que tendría capacidad de decisión en todos los estamentos.
Por lo tanto, la llegada del jeque se espera con entusiasmo pero también con cierto escepticismo. Su aparición exacta, siempre cargada de secretismo y sorpresa, es una toda una incertidumbre incluso en La Rosaleda, ya que argumentan que el dirigente llega «casi sin avisar».
Al-Thani ha ganado credibilidad en los últimos días por su bello gesto con la pequeña Idaira Osuna, aquejada de una enfermedad neuromuscular de carácter genético. El dirigente se ha comprometido a costear una máquina para que Idaira pueda respirar, información que se publica en la página 19 de la edición de hoy en este mismo periódico.
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