Con 38 puntos en la jornada 24, la privilegiada posición en la clasificación, la mediática victoria en el Camp Nou y la ambición del equipo, la exigencia en Martiricos se eleva para intentar luchar por una de las plazas que permiten viajar por el Viejo Continente.
El discurso de la permanencia ya se ha quedado arcaico para este Málaga CF. Pese a que el mensaje emitido de puertas para afuera desde el club siempre ha sido de humildad y prudencia, los acontecimientos ya han sobrepasado por completo las aspiraciones iniciales del equipo y hoy en día, con la permanencia virtual en el bolsillo y con la sensación de ser el auténtico equipo revelación de la temporada, la exigencia blanquiazul también sube un peldaño.
El Málaga es séptimo clasificado con 38 puntos, acaba de asaltar el Camp Nou en una magnífica puesta en escena, tiene un colchón considerable con sus perseguidores –7 puntos con el Celta– y el calendario, a priori, le acompaña en los próximos compromisos. Son motivos suficientes para cambiar el chip y para comenzar a incluir en el discurso blanquiazul la palabra «Europa».
En el plantel y en el club, al menos, así lo piensan ya. Aunque el mensaje sigue siendo prudente. Javi Gracia, en la sala de prensa del Camp Nou, así lo volvió a reiterar después de conseguir una de las gestas más grandes de los últimos años. «Estamos muy contentos de acercarnos a ese objetivo de la permanencia tan pronto y aún nos quedan muchos puntos por disputar», dijo el míster, que no quedó embriagado por el aroma de la gran victoria.
Pero lo cierto es que entre bambalinas ya se mira con optimismo al resto de la temporada. A las puertas de marzo, el equipo sigue en pie, liberado de presión y con fuerzas para seguir luchando. La plantilla se ve con ganas y con la ambición de luchar por Europa, de marcarse el nuevo objetivo. E incluso en los despachos también se respira esa sensación de poder, de mirar nuevos retos deportivos.
El objetivo principal es mantener la séptima posición, que muy posiblemente dará la última plaza para entrar en competición europea –la Liga Europa–. Sin embargo, con el Villarreal y el Sevilla a tiro de piedra –seis y siete puntos, respectivamente– y con ambos conjuntos enfrascados en partidos europeos, no se renuncia a nada en el club.
Eso sí, desde las entrañas de La Rosaleda se busca un mensaje de optimismo, no de exigencia. Y es que en una temporada tan buena no se quieren marcar un nuevo objetivo que pueda tener un efecto boomerang. Es decir, que si no se alcanza, acabe estrellando en las manos al equipo y que sea visto como un fracaso.
Con los actuales 38 puntos que tiene el Málaga de Javi Gracia, el conjunto blanquiazul ya se habría salvado en tres de las últimas diez Ligas (Mallorca, 12/13 con 36; Tenerife en la 09/10 también con 36–el Málaga se salvó de milagro con 37 puntos– y en la 04/05, el Levante cayó con 37). Un síntoma inequívoco que la salvación ya está atada, porque con catorce partidos hasta el final de Liga es prácticamente imposible no dar por hecho que se consiga el puntaje definitivo de permanencia.
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