El Málaga CF cae derrotado en Vallecas en una mala puesta en escena donde no le salió nada y se vio superado por el gol de Kakuta - Angeleri acabó expulsado por una rigurosa doble amonestación en la segunda parte.
Dice la Real Academia de la Lengua que un despropósito es un dicho o hecho fuera de razón, de sentido o de conveniencia. Pues bien, podemos concluir que el Málaga CF volvió a tener ayer en Vallecas otro partido que se escapa a la razón, otra puesta en escena sin sentido que vuelve a dejar en mal lugar a los de Javi Gracia, y por lo tanto otro despropósito que sumar a la lista de esta gran temporada que, sin embargo, se ve salpicada puntualmente con actuaciones discretas. El Málaga quiso ayer pero no pudo. Y no fue el resultado lo sonrojante en la fría tarde madrileña, sino su desarrollo, el nudo de la novela que volvió a tener un desenlace trágico para el conjunto blanquiazul. La derrota, aunque por la mínima, no estuvo nunca cuestionada para desesperación del malaguismo. Los blanquiazules claudicaron sin oposición cediendo los tres puntos a un Rayo que sólo mostró más garra y ambición.
La imagen de ayer en Vallecas no distó mucho de la ofrecida en Granada, coincidiendo con la última salida. Tampoco a la del Ciudad de Valencia o a ciertos momentos de indolencia en Sevilla. Tiene este Málaga algunos despistes en ciertos partidos lejos de casa que empañan su Liga 14/15. Todos ellos achacables aparentemente a falta de concentración y de intensidad, que se traduce en derrota e incluso en una sensación de desidia, algo impropio de este equipo. Ayer el Málaga si peleó, sí bregó y sí intentó competir. Pero no fue su día. Cada pase estaba mal ejecutado, cada control se iba largo, cada regate se perdía en las botas del rival y cada centro era un canto a la nada. Fueron un cúmulo de despropósitos individuales que inevitablemente desembocaron en derrota colectiva.
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