El Málaga vuelve a hacer de La Rosaleda su fortín y doblega al Córdoba con goles de Juanmi y Amrabat, sin pasar muchos apuros - Recorta a cinco puntos la distancia con la sexta plaza del Villarreal y mantiene los ocho de margen con el Athletic.
El Málaga CF sí se cree su discurso ambicioso cuando juega al calor de La Rosaleda. En su feudo se libera, domina el partido, vence y convence. Todo lo contrario que cuando hace las maletas y le toca jugar lejos de Martiricos. Ayer lo demostró ante un más que enfermo Córdoba, resignado al abismo de Segunda y que dejó una pobre imagen en su visita al campo vecino.
Lo cierto es que este Málaga casero huele a Europa que alimenta. Ayer venció sin despeinarse por 2-0 con goles de Juanmi y Amrabat en la segunda parte y pudo golear, pero tampoco quiso hacer daño ante un rival que solo obligó a Kameni en una ocasión y gozó de otra que desbarató el mariscal Weligton, que celebró su renovación automática con un señor partido.
Se cumplió el guión preestablecido en Martiricos. Nadie ayer se hizo rico apostando en el derbi regional. El Málaga impuso la ley del más fuerte y consiguió doblegar al colista sin problemas y encima recorta puntos con el Villarreal, que ya está a cinco y además mantiene al Athletic, su principal perseguidor por la séptima plaza, a raya con ocho puntos de margen.
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