El Málaga CF vuelve a caer derrotado en un partido desquiciante donde falló un penalti, le anularon un gol legal y no pudo con un rival con diez.
El conjunto blanquiazul ya no depende de sí mismo para conseguir la séptima plaza - El Elche aprovechó sus ocasiones y sella su permanencia
Ojalá fuera fácil argumentar en estas líneas cómo ayer el Málaga CF no consiguió ganar al Elche, cómo fue consumido por sus propios demonios y cómo dejó escapar posiblemente el último vagón para soñar con Europa. Ojalá hubiera una explicación lógica para amortiguar, al menos, el golpe de la decepción que vivió ayer el malaguismo. Una derrota, que salvo sorpresa radical y giro inesperado de los acontecimientos, dilapida muchas de las opciones de acabar séptimo y de estar el próximo año en Europa. Un adiós prematuro tras una dinámica sumamente mala de dos meses sin ganar. Y así es imposible luchar por nada.
El Málaga de hoy llora las ocasiones falladas ayer, pero debe recordar que Europa no se esfumó sólo con en el partido del Elche. Quizás ayer fue la representación más clara de un final de temporada para olvidar, de un querer y no poder. El resumen rápido es que el Elche remató tres veces a portería y marcó dos goles. Que Duda falló un penalti con 0-1 y tiempo para voltear el marcador, pero que antes el colegiado anuló hasta tres goles al Málaga por acciones dudosas. Y sus atacantes, poniendo de manifiesto su mayor mal –la falta de gol–, erraron otro buen puñado de ocasiones para haber dejado el camino menos empinado.
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