El Málaga CF remonta el tempranero gol de El Arabi gracias a los tantos de Roque Santa Cruz y Antunes, éste de penalti - El canterano malaguista revolucionó el partido y fue protagonista en los dos goles de los blanquiazules tras entrar por Amrabat.
Un canterano, un malagueño, un chico de la casa como Samu Castillejo revolucionó el derbi regional contra el Granada, cuando el Málaga navegaba a la deriva y por detrás en el marcador después del tempranero gol de El Arabi en el minuto uno. El «Fideo» blanquiazul entró por Amrabat en una decisión valiente –o temeraria–, según como se vea, de Javi Gracia, que fue pitada por buena parte del respetable. Samu, con derroche de calidad y personalidad a partes iguales, fue clave en la remontada del Málaga, con protagonismo suyo en los dos goles.
En el primero, finalizado por Santa Cruz, Castillejo vio un pase imposible en profundidad que Juanmi peleó para desconcertar a Roberto. Y el segundo, tras desbordar a Foulquier, su centro chocó en Iturra y Velasco Carballo interpretó mano del chileno para que desde el punto fatídico Antunes culminase la remontada.
Una victoria balsámica que rompe una racha de mes y medio sin ganar y que sirve además para que La Academia, aún sin serla como tal, muestre al mundo otra perla que quema etapas a marchas forzadas y que llama puñetazos a las puertas de la titularidad. Aunque lo que no se rompe en el Málaga es la racha de expulsiones. Una vez más el Málaga finalizó con 10 hombres, esta vez por una roja directa a Angeleri, que debutaba y sufrió de lo lindo en el centro de la zaga.
Había gente aún en el kiosko Manolo, apurando la cervecita previa, cuando El Arabi adelantó al Granada. Primer minuto de partido y en el segundo 40 –gol más tempranero en lo que va de campeonato liguero– la defensa malaguista decidió hacerle un paseíllo a Rochina, en el que sólo les faltó aplaudirle, para que éste se plantase en la frontal, armara el disparo y Kameni hiciera el resto. Despeje blando del africano al centro del área que El Arabi aprovechó para remachar a gol.
Ni en sus mejores sueños, Caparrós, que hacía «chiribitas», esperaba que prácticamente en el túnel de vestuarios podría adelantado en el marcador. El Granada, y más éste de Caparrós, se mueve como pez en el agua en este tipo de escenarios, en el que se acula en su área con el marcador a su favor y espera a una contra para matar el partido. Así fue como venció en San Mamés al Athletic y pretendió calcarlo en La Rosaleda.
El Málaga dominó en la primera mitad, presionó arriba y se asomó al balcón del área de Roberto, pero una vez más no mordió en boca de gol. Y es que este Málaga necesita que se alineen los planetas, haya un eclipse de sol y luna a la vez y el cometa Halley pase por la órbita de la Tierra para transformar en gol una ocasión.
Todos esos fenómenos sucedieron de forma conjunta tras la reanudación y cuando Gracia decidió, con 0-1, darle la alternativa a Samu Castillejo. El sacrificado fue Amrabat, que estaba siendo el mejor desde que se olvidó de pelear con Velasco Carballo y se dio cuenta de que luchar contra el del pito es una batalla perdida. Aún así, vio una amarilla por simular. No le gustó el cambio y así se lo hizo saber a su entrenador de camino al banquillo, acompañando sus gestos con una sonora pitada del público.
Pero lo cierto es que el «delgadito» jugador malaguista pronto hizo olvidar a Amrabat sobre el campo. Imprimió electricidad al ataque blanquiazul y desquició al muro defensivo nazarí, infranqueable hasta el momento.
Tras el empate de Roque, el Málaga volvió a quedarse con 10 por la expulsión de Angeleri. Pero los de Gracia no le perdieron la cara al partido y en una contra inventada por Samu y con ayuda de Velasco Carballo al ver una mano de Iturra dentro del área que no fue, consiguió voltear el marcador y amarrar tres puntos vitales para poner tierra de por medio con los puestos de abajo y ganar en autoestima ante el parón por selecciones.
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