Un doblete de Armando Sadiku sirve al conjunto blanquiazul para superar al Tenerife en La Rosaleda y abandonar los puestos de descenso cuatro jornadas después
Era de obligado cumplimiento lograr el ansiado triunfo y así lo hizo el cuadro costasoleño. Jugando bien al fútbol, como casi nunca en lo que va de temporada, y con una seguridad atrás que se tradujo en el segundo encuentro consecutivo sin encajar gol. Y Sadiku hizo el resto. El albanés abrió la lata a la salida de un córner a los 27 minutos de partido y luego en el segundo tiempo aprovechó una pena máxima señalada por Ais Reig tras ser advertido de una posible mano desde la sala de videoarbitraje y acudir a la banda a consultar el monitor.
Fue una victoria muy trabajada, cocinada a fuego lento. Tras unos primeros compases del empuje del rival, el equipo blanquiazul se hizo con el control de la situación. Los de Víctor tomaron el mando del partido y empezaron a rondar la portería de Ortolá. Primero, Pacheco disparó demasiado cruzado y después Keidi Bare la envió alta en un lanzamiento desde la frontal. Fueron las primeras oportunidades de peligro para un Málaga que dominaba en busca del tanto que le adelantara en el marcador. Y el premio llegó a los 27 minutos. Cuando más apretaban los de Martiricos, con un Antoñín muy activo por banda derecha, se materializó el 1-0 a la salida de un córner. Pacheco lo botó, Diego González cabeceó y el balón quedó muerto al borde del área chica para que Sadiku controlara y encañonara a un Ortolá que nada pudo hacer. Ponía el encuentro de cara el albanés con más de una hora de partido todavía por delante.
El gol coincidió con uno de los tramos de toda la temporada donde mejor fútbol estaban desarrollando los de Víctor. Pacheco generaba fútbol desde la mediapunta, Sadiku participaba para descargar hacia las bandas y Antoñín era un incordio constante para la zaga tinerfeña. Así, con ventaja mínima, se llegaba al término de los primeros 45 minutos.
No pudo empezar con más ritmo e intensidad el segundo tiempo. En menos de un minuto, Sadiku tuvo el 2-0 con un tiro potente que repelió Ortolá y en la siguiente jugada a Dani Gómez se le marchó alto un cabezazo. El Málaga seguía igual de intenso que en el primer tiempo, con todos los jugadores implicados en la presión y empujados por una grada deseosa de celebrar un triunfo en La Rosaleda.
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